EL tabaco Flandria Sauvage es una de las variedades más distintivas de tabaco para armar originarias de Bélgica Este blend encarna el espíritu libre y silvestre que su nombre sugiere —sauvage, en francés, evoca lo indómito, lo natural, lo no domesticado— y se traduce en una experiencia sensorial intensa y profundamente aromática.
Origen y Elaboración
Producido en el corazón de Flandes Occidental, el Sauvage se caracteriza por una mezcla de hebras cuidadosamente seleccionadas, predominantemente Virginia y Burley, curadas al aire. La marca ha mantenido un enfoque artesanal en su producción, sin aditivos químicos, lo que lo convierte en una opción predilecta para quienes buscan un tabaco más puro y crudo. Su envasado suele mantener la humedad justa, lo cual conserva tanto el corte como el bouquet del tabaco.
Intensidad y Corte
Este tabaco se presenta con un corte semi rubio, de hebra larga, con una textura ligeramente áspera al tacto. Su intensidad es media a alta, con una combustión pareja y duradera. Al fumarlo, ofrece una entrega firme de nicotina sin resultar abrumadora, por lo que suele ser apreciado tanto por fumadores experimentados como por quienes están en transición hacia tabacos más robustos.
Aroma y Perfil Sensorial
En seco, el Flandria Sauvage despliega un bouquet orgánico y terroso, con notas a heno húmedo, cuero y madera añeja, acompañado por un leve dejo dulzón que recuerda al caramelo tostado o al azúcar moreno. Una vez encendido, evoluciona hacia aromas más ahumados, ligeramente picantes, con retrogusto seco pero elegante. No es invasivo, pero sí persistente: deja huella.
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