Los picadores antiguos tenían múltiples usos. Desde tiempos inmemorables, el ser humano se dedicó a moler hierbas. Los usos de las hierbas molidas eran para realizar medicamentos, infusiones, alimentos, moler especias para adobar las comidas y realizar ungüentos. Con la ayuda de diversas herramientas como rocas y morteros, comenzaron a aparecer los denominados grinders, conocidos como “picadores” en nuestro país. El picador, tal como lo conocemos hoy, surgió de la urgencia de evitar que las hierbas vuelen por todas partes al ser trituradas. 

El concepto de picador, tal como lo conocemos ahora, surgió a comienzos del Siglo XX. El ancestro del grinder fue creado en pleno auge de la era industrial, cuando comenzaron a producir a gran escala distintas herramientas y productos de consumo masivo. Se creó como una herramienta de uso industrial para procesar plantas (hierbas) y celulosa. Luego de ser producido para su uso en fábricas, se comenzó a fabricar para su uso individual y personal.  

Usos medicinales

Los boticarios y farmacéuticos lo adoptaron con el mismo concepto pero el un tamaño pequeño, para poder procesar hierbas y materiales para sus clientes. Picaban lo máximo que podían para poder satisfacer los pedidos de sus clientes y realizar cada vez mejores medicinas y ungüentos.